El diagnóstico de Disforia de Género en la Adolescencia y la
Adultez, antes denominado Trastorno de Identidad Sexual en Adolescentes y Adultos
(DSM-IV-TR), es un cuadro descrito recientemente. Las Unidades de Identidad de
Género han debido ajustar y reelaborar su protocolo de abordaje, dado que es un
diagnóstico extenso, complejo y muy individualizado, mismo que a continuación
se presenta.
Disforia de género
en adolescentes y adultos. 302.85 (F64.1)
A. Una marcada
incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se le asigna, de
una duración mínima de seis meses, manifestada por un mínimo de dos de las
características siguientes:
1. Una marcada
incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y sus caracteres sexuales
primarios o secundarios (o en los adolescentes jóvenes, los caracteres sexuales
secundarios previstos).
2. Un fuerte deseo
por desprenderse de los caracteres sexuales propios primarios o secundarios, a
causa de una marcada incongruencia con el sexo que se siente o se expresa (o en
adolescentes jóvenes, un deseo de impedir el desarrollo que los caracteres
sexuales secundarios previstos).
3. Un fuerte deseo
por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios,
correspondientes al sexo opuesto.
4. Un fuerte deseo
de ser del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).
5. Un fuerte deseo
de ser tratado como del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto del que se
le asigna).
6. Una fuerte
convicción de que uno tiene los sentimientos y reacciones típicos del otro sexo
(o de un sexo alternativo distinto del que se le asigna).
B. El problema va
asociado a un malestar clínicamente significativo o a deterioro en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Especificar si:
Con un trastorno de
desarrollo sexual (p. ej., un trastorno adrenogenital congénito como 255.2 [E25.0]
hiperplasia adrenal congénita o 259.50 [E34.50] síndrome de insensibilidad
androgénica).
Nota de
codificación: Codificar el trastorno del desarrollo sexual y la disforia de
género.
Especificar si:
Postransición: El individuo ha
hecho la transición a una vida de tiempo completo con el sexo deseado (con o
sin legalización del cambio de sexo) y se ha sometido (o se está preparando
para someterse) por lo menos a una intervención o tratamiento médico de cambio
de sexo, por ejemplo, un tratamiento continuo con hormonas del sexo opuesto o a
una intervención quirúrgica de cambio de sexo para confirmar el sexo deseado
(p. ej., penectomía, vaginoplastia en un individuo nacido hombre; mastectomía o
faloplastia en una paciente nacida mujer).
El término transexualismo fue introducido en 1953 por Harry Benjamin,
endocrinólogo y sexólogo, que propuso un tratamiento de hormonas para aliviar
la angustia de sus pacientes. La primera intervención quirúrgica tuvo lugar en
Dinamarca en 1951, en la persona de Christine Jorgensen, que publicó
posteriormente su autobiografía. Es a Robert Stoller a quien le debemos el
haber intentado despejar una estructura clínica propia del transexualismo. Lo
define como: La convicción de un sujeto biológicamente normal, de pertenecer
al otro sexo; en el adulto a esta creencia le acompaña en nuestros días, la
demanda de intervención quirúrgica y endocrinológica para modificar la
apariencia anatómica en el sentido del otro sexo. Diferenció al
transexualismo, del travestido y del homosexual masculino por la identidad ya
que estos últimos se sienten hombres, y por el lugar del órgano peniano
insoportable para el Transexualismo, mientras que el travestido y el homosexual
gozan de él.
Dice C. Millot: El transexual se siente mujer y siempre se ha
sentido tal. Es femenino, pero no afeminado. No experimenta goce sexual
llevando ropas femeninas. Si bien los hombres le atraen, no se siente
homosexual, puesto que los hombres le agradan en tanto él se siente mujer, y
sólo si éstos son heterosexuales. En sus relaciones sexuales no soporta que su
compañero se interese por su pene. Si se masturba, lo hace de modo femenino,
apretando los muslos.
Stoller en “Sex and Gender” describe un número importante de
transexualismos o de intersexualismos genéticos, con sus referencias familiares,
muy interesantes para el psicoanálisis. Aunque hace un abordaje biologista,
dado que estudia casos de transexuales, enigmáticos desde el punto de vista
científico, se ve obligado a introducir el término de género, noción que
proviene del lenguaje. El género se distingue del sexo biológico y además puede
oponerse. Significa la convicción íntima de un sujeto respecto a su sexo que
será finalmente el criterio del género y la identidad sexual.
Se constituye antes de los 3 años y es asignado al sujeto por sus
padres, médicos, etc. Sean cuales sean los determinantes biológicos del sexo,
uno es miembro del sexo que le han asignado. La sexuación sería pues la obra de
los demás y el sujeto no tiene parte alguna en ella y no es responsable de
nada. La teoría de la identidad de género se convierte en una especie de
ontología, la búsqueda de un núcleo de ser, más fuerte que cualquier cosa, y
que el sujeto recibió del Otro. Stoller vio muchos transexuales que denuncian
un error de la naturaleza y confirma que la mayoría de ellos encajan en un
diagnóstico de psicosis. Señala la importancia del deseo materno para el
establecimiento de una identidad de género contradictoria al sexo anatómico.
Se trata de niños que han mantenido una relación especialmente
simbiótica con la madre, prolongada durante los primeros años de vida. Desde el
psicoanálisis sabemos que aunque el Deseo Materno es siempre esencial para un
sujeto, en la neurosis está barrado por el significante del Nombre del Padre,
mientras que en la psicosis éste está forcluido y el sujeto queda entregado de
forma no mediatizada por la ley paterna al capricho materno. No es pues
sorprendente encontrar que los transexualistas han sido un objeto privilegiado
para su madre, un objeto a, y que se han feminizado por una identidad precoz a
la madre.
Stoller trabajó en la Gender Identity Clinic y tuvo ocasión de
encontrar casos muy raros de niños de 4- 5 años que reivindicaban una identidad
femenina. Para él, el verdadero transexual era el masculino. A diferencia de
Freud que plantea la idea de una bisexualidad inicial, el propone una feminidad
primordial (el pene sería un clítoris masculinizado, el cerebro masculino es un
cerebro hembra androgenizado) y el transexual sería alguien que no supera el
estado de confusión identificatoria con su madre, debido a que ésta prolonga
indefinidamente la relación simbiótica normal de los primeros meses de vida.
Intervención Psicoterapéutica
La intervención psicoterapéutica durante la fase inicial de
hormonación es fundamentalmente de apoyo psicológico y se basa, entre otros, en
la denominada “Experiencia de Vida Real”. Durante esta fase el paciente
comienza a adecuar su imagen al género sentido (ropa, depilación, entrenamiento
de la voz...). En este supuesto se debe trabajar con el paciente reduciendo su
ansiedad y estudiando la forma de minimizar el impacto. En todo caso, pasar a
la fase quirúrgica, no solo exige dos años de tratamiento hormonal, sino
también haber vivido bajo el rol de género sentido con un nivel alto de
satisfacción.
El sujeto suele modificar sus roles y aspecto, adecuándolos al sexo
sentido y el terapeuta va acompañándole en este proceso. Para ello, la
intervención psicológica se centra de modo individualizado o grupal en:
-Entrenamiento en
habilidades.
-Autocontrol
emocional.
-Reestructuración
cognitiva.
-Intervención en
disfunciones sexuales.
-Preparación a las
cirugías previas (modificación de características sexuales secundarias: voz,
mamas, gónadas, ovarios…).
-Modificación de
otras conductas problema.
-Adherencia al
tratamiento hormonal.
-Respecto a las
intervenciones grupales, se realizan Grupos Terapéuticos de Apoyo a Pacientes y
a Familias (que incluyen parejas y, en su caso, amigos del entorno cercano).
Intervención Psicológica de Preparación para
la Cirugía de Reasignación de Sexo
Transcurrido, por tanto, un periodo mínimo de dos años de
hormonación controlada por el médico endocrinólogo (no de autohormonación), así
como de realización de la experiencia de vida real de acuerdo al sexo sentido, se
procede a realizar las canalizaciones necesarias para las intervenciones
quirúrgicas demandadas por el paciente. Las cirugías para modificar las
características sexuales secundarias son, entre otras: mamoplastia,
mastectomía, histerectomía, orquidectomía…
El abordaje psicológico en este punto, se centra en la preparación
para dichas cirugías. Principalmente se refuerzan y/o entrenan habilidades de
control de la ansiedad anticipatoria pre-quirúrgica, manejo del impacto que va
a suponer la cirugía en el entorno cercano y pautas de control emocional en
general.
Intervención Psicológica Post-Quirúrgica
Después de la cirugía el paciente se encuentra especialmente
vulnerable y frágil ante la situación que se le presenta. Es una sensación de
indefensión, descrita por muchos de ellos como “volver a vivir una pubertad y posterior
adolescencia” de cara al conocimiento corporal, relaciones de pareja, sexuales,
etc. Se trataría por tanto en esta fase de apoyo de recoger las demandas
diarias de la vida de nuestros pacientes e irles dotando de estrategias de
afrontamiento y psicoeducación para el manejo de situaciones cotidianas.
En cuanto a las técnicas que más se emplean en esta fase, y de modo
muy personalizado, utilizamos Técnicas de Desensibilización Sistemática, de
Manejo de Ansiedad y de Resolución de Problemas. Hay una parte vital en la
Psicoeducaciónn de nuestros pacientes que demandan casi en su totalidad y es
todo lo relativo a la sexualidad vivida y sentida bajo el rol de género
sentido, ya que hasta ese momento no han podido vivenciar y utilizar de modo
funcional sus órganos genitales objeto de la cirugía. Intentando dar cabida a
esta demanda se han diseñado Talleres Grupales dirigidos por un profesional,
además de las citas individuales de apoyo psicoterapéutico que reciben.
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Por otro lado, cuando una persona no ha realizado, o simplemente no
siente el necesario acudir a una operación que cambie su cuerpo
permanentemente, pero si realizan el cambio de estilo de vida, “juegan” con la
cuestión de género, que es tan importante para la sociedad, esto es lo que llamamos
Transgénero.
Transgénero es un término
general que se usa para describir a personas cuya identidad de género (el
sentido de sí mismo como hombre o mujer) o expresión de género difiere de
aquella que normalmente se asocia a su sexo de nacimiento. Muchos transgéneros
viven parcial o totalmente como miembros del otro género. De manera general,
cualquier persona cuya identidad, apariencia, o conducta caiga fuera de las
normas de género convencionales se puede clasificar como transgénero. No
obstante, no cualquier persona cuya apariencia o conducta sea atípica a su
género se identificará a sí misma como tal.
“El concepto transgeneridad
designa a un conjunto de discursos, practicas, categorías identitarias y,
en general, formas de vida reunidas bajo su designación por aquello que
tienen en común: una concepción a la vez materialista y contingente del
cuerpo, la identidad, la expresión de sí, el género y la sexualidad –es decir,
un rechazo compartido a la diferencia sexual como matriz natural y necesaria de
subjetivación” (Cabral, 2006).
¿Tipos de transgéneros?
Los transexuales son
transgéneros que viven o desean vivir totalmente como miembros del género
opuesto a su sexo de nacimiento. Las mujeres biológicas que desean vivir y ser
reconocidas como hombres se llaman transexuales mujer-a-hombre (MAH) u hombres
transexuales. Hombres biológicos que desean vivir y ser reconocidos como
mujeres se denominan transexuales hombre-a-mujer (HAM) o mujeres transexuales.
Los transexuales usualmente solicitan intervenciones
médicas, ya sea a través de hormonas o de cirugías, para hacer que sus cuerpos
luzcan lo más congruentemente posible con su género de preferencia. Este
proceso de transición de un género al otro se denomina reasignación de sexo o
reasignación de género.
Los Travestis conforman el grupo de transgéneros más numero. Los Travestis usan ropa del otro sexo. Existen variaciones con respecto a la manera en que se visten (desde una sola prenda a un atuendo completo) también como en sus motivos para hacerlo. Algunos travestis lo hacen para expresar sentimientos o identidades trangéneras, otros lo hacen por diversión, por comodidad emocional o porque los excita sexualmente. La mayoría de los travestis son biologicamente hombres, muchos de los cuales se sienten sexualmente atraídos por mujeres.
Las drag queens y los drag king son, respectivamente, hombres biológicos y mujeres biológicas que ofician como miembros del otro género medio tiempo, principalmente para actuar o entretener. Sus actuaciones pueden incluir cantar, doblar o bailar. Los drag pueden identificarse como transgéneros o no. Muchos drag queens y drag kings se identifican como lesbianas, gays o bisexuales.
Otras categorías de
transgéneros incluyen a los andróginos, losbigénero, y los queers. Definiciones
exactas de estos términos varían de persona a persona, pero comúnmente incluyen
un sentido de mezcla o alternancia de géneros. Algunas personas que usan estos
términos para describirse a sí mismas consideran como restrictivos los
conceptos tradicionales de género.
¿Cuál es la relación entre lo transgénero
y la orientación sexual?
Las personas normalmente
experimentan la identidad de género y la orientación sexual como dos cosas
diferentes. La orientación sexual hace referencia a la atracción que una
persona siente hacia un hombre, una mujer, ambos o ninguno, mientras que la
identidad de género se refiere al sentido que la persona tiene de sí misma como
hombre, mujer, o transgénero. Usualmente las
personas que sentían una atracción por las mujeres antes de la transición
siguen sintiendo la misma atracción por las mujeres después de la transición y
las personas que sentían una atracción por los hombres antes de la transición
siguen sintiendo la misma atracción por los hombres después de la transición.
Esto quiere decir que, por ejemplo, un hombre biológico que se siente atraído
hacia las mujeres seguirá sintiendo esta atracción hacia las mujeres después de
la transición, y podría considerarse a sí mismo como lesbiana.
¿Cómo es que los transgéneros hacen
la transición de un género al otro?
Hacer la transición de un género a
otro es un proceso complejo. Las personas que hacen esta transición normalmente
comienzan por expresar su género de preferencia en situaciones donde se sienten
seguros. Típicamente ellos intentan vivir todo el tiempo como miembros de su
género de preferencia, haciendo pequeños cambios de manera paulatina.
La transición de género
típicamente involucra la adopción de la apariencia del sexo deseado a través de
cambios en la vestimenta y ornamentación personal, la adopción de un nombre
típico del sexo deseado, el cambio en la designación de sexo en los documentos
de identidad, tratamientos hormonales, alteraciones quirúrgicas de las
características sexuales secundarias aproximándolas así a las del sexo deseado,
y en hombres biológicos, la remoción del vello facial con electrólisis o
tratamientos láser. Encontrar un profesional de la salud que entregue una guía
y los refiera a otros profesionales de apoyo es comúnmente un primer paso
importante en la transición de género. Ponerse en contacto con otros
transgéneros a través de grupos de apoyo y organizaciones de la comunidad
transgénera es también muy útil.
La paradoja de un ser que está ausente y a la vez prisionero del
discurso, sobre
quien se discute constantemente pero permanece, de por sí, inexpresable;
un ser espectacularmente exhibido, pero a la vez no representado
o irrepresentable, invisible, pero constituido como objeto
y garantía de la visión; un ser cuya existencia y
especificidad al mismo tiempo se afirman y
se niegan, se ponen en duda
y se controlan.
quien se discute constantemente pero permanece, de por sí, inexpresable;
un ser espectacularmente exhibido, pero a la vez no representado
o irrepresentable, invisible, pero constituido como objeto
y garantía de la visión; un ser cuya existencia y
especificidad al mismo tiempo se afirman y
se niegan, se ponen en duda
y se controlan.
Teresa de Lauretis
Bibliografía
American Psychiatric
Association (2014); DSM – 5, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales; Ed. Panamericana.
Asenjo Araquie,
Nuria; Portabales Barreiro, Laura; Rodríguez Molina, José Miguel; Lucio Pérez,
María Jesús; Becerra Fernández, Antonio (2013); Transexualidad. Evaluación e
Intervención Psicológica; Madrid.
Lafuente, Carmen
(2003); Actualidad del Transexualismo; Psicoanálisis y Sociedad.
Asociación de Psicología Americana (2012); Individuos Transgéneros e Identidad de Género.
Cabral, Mauro (2006); La Paradoja Transgénero; proyecto sexualidades salud y derechos humanos en américa latina; www.ciudadaniasexual.org
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