Monday, March 16, 2015

Modulo III. Salud Sexual

“Todo es válido siempre y cuando no me lastime física ni emocionalmente,
así como a mi pareja o a un tercero”

Sin lugar a dudas la Sexualidad es uno de los aspectos más importantes del ser humano, además de que pese a los cambios tecnológicos y sociales que la sociedad ha vivido, es un área del ser humano que sigue sin ser comprendida, y hasta cierto punto, las tradiciones de los siglos pasados aún persisten, la sexualidad aún es reprimida. Para iniciar el desarrollo del concepto de Salud Sexual, debemos tener en cuenta que, por mucho tiempo, se consideró que la salud era una simple ausencia de enfermedad, y poco a poco ha ido evolucionando hasta llegar a lo que hoy la OMS (1948) ha definido como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Sin embargo, en lo que respecta a la sexualidad, y teniendo en cuenta los mitos y tabúes que la sociedad mantiene, es importante que podamos hablar un poco sobre la enfermedad, la cual era considerada un acontecimiento maligno que afectaba a los humanos y  por acción de un dios o espíritu maligno. Conforme el concepto evoluciona, los aspectos biológicos y médicos, y el mejor conocimiento de la fisiología del ser humano, es lo que permite entender a la enfermedad como una afección corporal. Por otro lado, el médico, el sacerdote y el maestro siempre ocupan un lugar de “poder natural” para dar su opinión; esto provoca que la sociedad utilice las equiparaciones de normal = salud y anormal = enfermedad.

Con lo anterior, como pequeño acercamiento a la concepción de la salud y la enfermedad, podemos abordar y comenzar a decir que la OMS (1975) definió la salud sexual como: "La integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano sexual, en formas que sean enriquecedoras y realcen la personalidad, la comunicación y el amor". Además, se considera que se requieren tres elementos:
La posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva equilibrando una ética personal y social.
- El ejercicio de 1a sexualidad sin temores, vergüenzas, culpas, mitos ni falacias; es decir, sin factores psicológicos y sociales que interfieran con las relaciones sexuales.
- El desempeño de una actividad sexual libre de trastornos orgánicos, enfermedades o alteraciones que la entorpezcan.

Con esto podemos dar cuenta de que la salud sexual es una parte importante de lo que conocemos como salud en general, pues aún seguimos hablando de un equilibrio y un bienestar de los factores biológicos, psicológicos y sociales.

A modo de conclusión, y siguiendo en este intento de proponer que es salud sexual, debemos tener en cuenta que, en lo que respecta a sexualidad y sus diversas formas de expresión, siempre estará presente un debate entre lo “bueno” y “malo”, pues nuestra cultura sigue presentando afirmaciones donde, sin importar que nuestros deseos se encuentren en un plano de la fantasía o del acto, serán vistos con prejuicio… seguirán siendo tabúes. Esto deja de lado que, las expresiones comportamentales de la sexualidad, deben estar “regidas” por una serie de parámetros, que deberán ser entendidos dentro de la sexualidad propia del sujeto, como el que no afecten a su pareja o a terceros; los cuales son:
No provocar malestar físico o emocional.
- No producir una disfunción sexual (dificultad para disfrutar de la actividad).
- No exigir la participación de personas (tomar en cuenta la voluntad de la pareja o compañero sexual)
- No deben interferir en las relaciones sociales (no provocar un cambio en las actividades diarias que puedan afectar considerablemente).

Cuando esto no sucede así, y las prácticas de una persona empiezan a ser cada vez más insistentes (casi obsesivas), o se depende exclusivamente de ellas como único excitador sexual, es cuando se pueden presentar problemas, y no debemos considerar que hay una enfermedad como tal, sino que debemos buscar ayuda profesional. Un terapeuta que se especialice en la sexualidad puede ayudar a comprender estas conductas; a integrarlas de mejor manera al ritmo de vida, o incluso a dejarlas cuando estas son causa de problemas; y aún más importante, nos permitirá deshacer la culpa que nos genera, permitiéndonos una mejor satisfacción.


Bibliografía:
Foucault, Michel (2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 1: La Voluntad de Saber; Ed. Siglo XXI; España.
Foucault, Michel (2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 2: El Uso de los Placeres; Ed. Siglo XXI; España.
Foucault, Michel (2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 3: La Inquietud de Sí; Ed. Siglo XXI; España.
Alvarez-Gayou Jurgenson, Juan Luis (2011); Sexoterapia Integral; Manual Moderno; México.

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