“Todo es válido
siempre y cuando no me lastime física ni emocionalmente,
así como a mi pareja o a un tercero”
así como a mi pareja o a un tercero”
Sin lugar a dudas la Sexualidad es uno de los aspectos más
importantes del ser humano, además de que pese a los cambios tecnológicos y
sociales que la sociedad ha vivido, es un área del ser humano que sigue sin ser
comprendida, y hasta cierto punto, las tradiciones de los siglos pasados aún
persisten, la sexualidad aún es reprimida. Para iniciar el desarrollo del
concepto de Salud Sexual, debemos tener en cuenta que, por mucho tiempo, se
consideró que la salud era una simple ausencia de enfermedad, y poco a poco ha ido evolucionando hasta llegar a lo que hoy la
OMS (1948) ha definido como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Sin embargo, en lo que
respecta a la sexualidad, y teniendo en cuenta los mitos y tabúes que la
sociedad mantiene, es importante que podamos hablar un poco sobre la enfermedad,
la cual era considerada un acontecimiento maligno que afectaba a los humanos y por acción de un dios o espíritu maligno.
Conforme el concepto evoluciona, los aspectos biológicos y médicos, y el mejor
conocimiento de la fisiología del ser humano, es lo que permite entender a la
enfermedad como una afección corporal. Por otro lado, el médico, el
sacerdote y el maestro siempre ocupan un lugar de “poder natural” para dar su
opinión; esto provoca que la sociedad utilice las equiparaciones de normal = salud
y anormal = enfermedad.
Con lo anterior, como pequeño acercamiento a la concepción de la
salud y la enfermedad, podemos abordar y comenzar a decir que la OMS (1975)
definió la salud sexual como: "La integración de los aspectos
somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano sexual, en
formas que sean enriquecedoras y realcen la personalidad, la comunicación y el
amor". Además, se considera que se requieren tres elementos:
- La posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva equilibrando
una ética personal y social.
- El ejercicio de 1a sexualidad sin temores, vergüenzas, culpas,
mitos ni falacias; es decir, sin factores psicológicos y sociales que
interfieran con las relaciones sexuales.
- El desempeño de una actividad sexual libre de trastornos orgánicos,
enfermedades o alteraciones que la entorpezcan.
Con esto podemos dar cuenta de que la salud sexual es una parte
importante de lo que conocemos como salud en general, pues aún seguimos
hablando de un equilibrio y un bienestar de los factores biológicos,
psicológicos y sociales.
A modo de conclusión, y siguiendo
en este intento de proponer que es salud sexual, debemos tener en cuenta que,
en lo que respecta a sexualidad y sus diversas formas de expresión, siempre
estará presente un debate entre lo “bueno” y “malo”, pues nuestra cultura sigue
presentando afirmaciones donde, sin importar que nuestros deseos se encuentren
en un plano de la fantasía o del acto, serán vistos con prejuicio… seguirán
siendo tabúes. Esto deja de lado que, las expresiones comportamentales de la
sexualidad, deben estar “regidas” por una serie de parámetros, que deberán ser
entendidos dentro de la sexualidad propia del sujeto, como el que no afecten a
su pareja o a terceros; los cuales son:
- No provocar malestar físico o emocional.
- No producir una disfunción sexual (dificultad para disfrutar de la
actividad).
- No exigir la participación de personas (tomar en cuenta la voluntad
de la pareja o compañero sexual)
- No deben interferir en las relaciones sociales (no provocar un
cambio en las actividades diarias que puedan afectar considerablemente).
Cuando esto no sucede así,
y las prácticas de una persona empiezan a ser cada vez más insistentes (casi
obsesivas), o se depende exclusivamente de ellas como único excitador sexual,
es cuando se pueden presentar problemas, y no debemos considerar que hay una
enfermedad como tal, sino que debemos buscar ayuda profesional. Un terapeuta
que se especialice en la sexualidad puede ayudar a comprender estas conductas;
a integrarlas de mejor manera al ritmo de vida, o incluso a dejarlas cuando
estas son causa de problemas; y aún más importante, nos permitirá deshacer la
culpa que nos genera, permitiéndonos una mejor satisfacción.
Bibliografía:
Foucault, Michel
(2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 1: La Voluntad de Saber; Ed. Siglo XXI;
España.
Foucault, Michel
(2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 2: El Uso de los Placeres; Ed. Siglo
XXI; España.
Foucault, Michel
(2005); Historia de la Sexualidad, Vol. 3: La Inquietud de Sí; Ed. Siglo XXI;
España.
Alvarez-Gayou
Jurgenson, Juan Luis (2011); Sexoterapia Integral; Manual Moderno; México.
No comments:
Post a Comment