La
relación de pareja para la mayoría de las personas, podría ser la experiencia
más gratificante en la que se verán envueltos, por esta misma razón ha sido uno
de los temas que más investigaciones, postulados teóricos y literatura tiene a
lo largo de la historia de la humanidad. “Ya en grabados sumerios con una
antigüedad de 4.000 años antes de cristo se pueden observar imágenes y frases
románticas dirigidas a una pareja (Páez, 2006)” (Maurerira Cid, Fernando;
2011). En lo que respecta a la psicología, los estudios básicos han tratado de
determinar cómo se establecen las relaciones, además de que tipo de conductas
relacionadas con el amor, sin dejar de lado las características
neurobiológicas; pues, aun cuando pueda encontrarse en las diferentes culturas,
las formas en las que se presentan estas relaciones son muy diversas.
Otra
situación interesante es que a pesar de que estas conductas son universales, su
completo análisis no se dio sino hasta hace poco tiempo. “En este aspecto es
posible resaltar los trabajos de Rubin (1970) quien es el primero en
descomponer el amor en dos factores: amar y gustar. Lee (1977) habla de tres
componentes primarios del amor: Eros, Storge y Ludos, que en su mezcla van
generando diversos tipos de amor” (Maurerira Cid, Fernando; 2011). Por su
parte, Sternberg (2000), autor al que le daremos más importancia en este
momento, establece tres bases fundamentales para que el amor pueda producirse:
intimidad, pasión y compromiso. De esta manera podemos decir que los diferentes
tipos y etapas del amor pueden ser explicados mediante las combinaciones de
estos tres elementos, donde podemos encontrar:
1.
Cariño (únicamente intimidad); Este tipo de relación es la que podemos
catalogar como de auténtica amistad, donde se suele experimentar una proximidad
emocional hacia la otra persona, dejando de lado los otros elementos, pues se
considera que al estar presente el compromiso o la pasión, la amistad deja de
ser eso, es decir, que la relación tiene otro significado para las personas
involucradas.
2.
Encaprichamiento (únicamente pasión); Según Sternberg (2000): “(…) es el
resultado de experimentar los tres componentes del amor: excitación pasional
acompañada de intimida y (…) compromiso”. Generalmente este tipo de amor suele
ser más notorio para los demás, que para el sujeto que lo experimenta, pues
suele tener cierto grado de obsesión hacia la otra persona, aunque este
sentimiento puede disiparse tan rápido como aparece, lo que no genera un
problema como tal, a menos que el individuo crea que ese amor pasajero es algo
más que eso. “(…) los encaprichamientos conllevan un alto grado de excitación
psicofisiológica y síntomas organicos, tales como el aumento del ritmo cardiaco
(…), una mayor secreción hormonal y la erección genital (…)” (J. Sternberg,
Robert; 2000).
3.
Amor Vacío (únicamente compromiso); este tipo de relaciones pueden ser
encontradas en las parejas que llevan años de convivencia, donde ambos se ha
comprometido a amarse (o estar juntos) a pesar de que la intimidad y la pasión
hayan dejado de estar presentes. Sternberg (2000) menciono que: “Aunque en
nuestra sociedad el amor vacío casi siempre constituye la etapa final de una
relaciona a largo plazo, en otras puede constituir la primera. Así, en aquellas
culturas en las que predominan los matrimonios concertados, los cónyuges
inician su relación asumiendo el compromiso de amarse el uno al otro o, por lo
menos, de intentarlo (…)”.
4.
Amor Romántico (intimidad y pasión); “se trata de un agrado [cariño], pero con
un elemento añadido: la excitación generada por la atracción física” (J.
Sternberg, Robert; 2000). Con lo anterior podemos decir que las relaciones
basadas en este tipo de amor, no solo se sienten atraídas físicamente, sino que
también han logrado formar un lazo emocional, es lo que podríamos comparar al
amor de Romeo y Julieta.
5.
Amor Sociable [de Compañía] (intimidad y compromiso); este tipo de amor, al
igual que el de Vacío, suele presentarse en parejas que ya tienen cierto tiempo
en matrimonio, donde la atracción física ya no está presente, sin embargo,
logran mantenerse juntos pues se trata de una amistad comprometida.
6.
Amor Necio [o Fauto] (pasión y compromiso); este tipo de relaciones suelen ser
muy repentinas, y al igual que en el Encaprichamiento, terminan tan rápido como
empezaron, aunque su diferencia es que los sujetos logran llegar al matrimonio.
“Es un amor necio en el sentido de que ambos se comprometen mutuamente sobre la
base de una pasión sin el elemento estabilizador que supone la implicación
intima” (J. Sternberg, Robert; 2000).
7.
Amor Consumado (intimidad, pasión y compromiso); Según Sternberg (2000): “E s
un amor que muchos de nosotros desearíamos experimentar, sobre todo en las
relaciones románticas (…). [Y aunque podamos lograrlo] no garantiza que este haya
de perdurar en el tiempo (…) [ya que] requiere un cuidado y una protección
constantes”. A esto le podemos agregar que otras investigaciones han intentado
hacer la diferencia entre el Encaprichamiento y el Amor Romántico, que si la
pareja así lo decide, pueden comprometerse y llevar su relación a un Amor
Consumado, situación por la que este último, se considera que es bastante
tardado en aparecer; esto nos hace poder entender hasta qué punto se está
enamorado, aunque por lo subjetivo de los elementos que se deben analizar, se
puede caer en un sesgo; aun así, parece interesante conocerlos. “Entre los
principales [elementos] se incluyen el sentimiento de haber encontrado a la
persona completamente perfecta, el de experimentar (…) la sensación de volver a
nacer; el sentimiento de que las posesiones materiales dejan de tener
importancia; el de querer compartirlo todo con el amado; y el de desear
fundirse espiritualmente con la pareja” (J. Sternberg, Robert; 2000).
Cabe
destacar que estos elementos presentados por Sternberg tienen un ideal, en el
que se relacionan y, para el autor, generan un triángulo que puede variar en la
realidad, pues dado que estos elementos referencia a una persona, al estar en
pareja, se forman diferentes tipos de triángulos que nos permiten comprender
las variantes que se crean en las parejas en realidad. Esto nos lleva a
cuestionarnos sobre si ¿Es lo mismo el amar y estar en una relación de
pareja?...
A
esta pregunta podemos darle la respuesta de que las relaciones de pareja se
basan en una dinámica especifica de las relaciones humanas, que será “regulada”
según la cultura donde se desarrolle, por lo que, para comprender como se
genera, debemos conocer los diferentes elementos sociales que influyen en los
sujetos. Por otra parte, el amor ha sido relacionado con la reproducción y la
crianza, que se vuelve solo una parte que puede o no realizar la pareja. “La
relación de pareja es un proceso que abarca toda la naturaleza humana y en
donde el amor es un elemento de la relación, pero no el único que lo conforma”
(Maurerira Cid, Fernando; 2011). Es esta la importancia de poder estudiar y
analizar el origen de cada uno, pues el amor se ha inclinado a un enfoque
biologicista, es decir, que se considera un proceso mediado por las diferentes
estructuras cerebrales, mientras que las relaciones de pareja, se han enfocado
más a una perspectiva sociocultural.
Componentes
de la Relación de Pareja
De
los elementos que hasta el momento hemos desarrollado (intimidad, compromiso,
pasión y amor); los tres primeros son de tipo social y por lo tanto se
desarrollan a través del lenguaje, mientras que el amor, se considera de tipo
biológico, que puede ser encontrado en todas las culturas y sociedades, aunque
con variaciones individuales. Por esto, podemos establecer que dentro de la
relación de pareja existe: un componente biológico y tres componentes sociales,
mismos que a continuación trataremos de definir.
1.
Componente Biológico del Amor; en la actualidad, podemos encontrar información
referente al Amor Romántico, donde se explica que es fruto de ciertas
estructuras cerebrales, además de neurotransmisores específicos que participan
en el proceso. “Para Helen Fisher (1998, 2002) los mamíferos y las aves han
desarrollado tres sistemas cerebrales de motivación-emoción que actúan en
serie: El deseo o apetito sexual, con una finalidad de apareamiento con
cualquier pareja apropiada [donde principalmente trabajarían los estrógenos y
andrógenos]; una atracción o amor romántico, con una finalidad reproductiva con
una pareja específica [donde se presenta el aumento de la dopamina y la
norepinefrina, con un descenso de la serotonina;] y un apego duradero de pareja
con un fin de crianza de la prole [donde actuarían la oxitocina y la
vasopresiona]” (Maurerira Cid, Fernando; 2011).
A
partir de la biología, podríamos decir que el amor es simplemente una necesidad
fisiológica de tener una pareja para la cópula, la reproducción y la crianza,
situaciones que generan placer en el organismo, por lo que no podemos
considerarlo como humano, pues estas necesidades también son vistas en otras
especies animales; por lo que podemos discernir entre dos tipos de amor: el
materno y el romántico, que tiene a su disposición estructuras cerebrales que
también pueden ser activadas por el sistema de recompensa (mismo que también
puede ser activado en las adicciones). “El sistema dopaminérgico
mesocorticolímbico incluye el área tegmental ventral, el núcleo accumbens, la
corteza prefrontal, la amígdala y el hipotálamo. Otras estructuras relacionadas
con el amor romántico son la ínsula medial, el hipocampo, el cíngulo anterior y
parte del striatum (Zeki, 2007)” (Maurerira Cid, Fernando; 2011).
“La
monogamia y la fidelidad está relacionada con dos receptores de neuropéptidos,
el receptor de oxitocina (OTR) en la amígdala medial principalmente en las
hembras y el receptor de vasopresina (Va1R) en el septum lateral principalmente
en machos (Young, 1998)” (Maurerira Cid, Fernando; 2011). Esto nos permite
apreciar claramente que el Amor Romántico es producido por circuitos
neuronales, que predisponen la conducta tanto a la reproducción como al
mantenimiento de las parejas, situación que posibilita la crianza. Pero este
elemento debemos recordar que no es el único presente en las relaciones de
pareja, debemos retomar de manera rápida los elementos que postula Sternberg
para dar un entendimiento completo de esta situación.
2.
Componentes sociales; como mencionamos antes, la intimidad, el compromiso y la
pasión, son elementos que se producen a través del lenguaje. “Explicaremos esto
diciendo que cuando dos o más individuos se relacionan en una convivencia
diaria sus conductas comienzan a adquirir significado, esto quiere decir que
son entendibles por el otro o los otros con quien se relaciona y posteriormente
las acciones conductuales comienzan a ser coherentes en todo el grupo, es
decir, toda acción conductual comienza a representar un significado específico
para todos. (…)” (Maurerira Cid, Fernando; 2011). Claro está que estos
elementos mencionados, tenderán a ser diferentes dependiendo del tipo de
relación y cultura donde se presenten.
a.
El compromiso; “Este componente de la relación romántica hace referencia al
interés y responsabilidad que se siente por una pareja y por la decisión de
mantener dichos intereses con el transcurso del tiempo pese a las posibles
dificultades que puedan surgir, debido a que se cree en lo especial de la
relación (Yela, 1997)” (Maurerira Cid, Fernando; 2011).
b.
La intimidad; “Tiene que ver con el apoyo afectivo [y] (…) tiende a aumentar
con tiempo de duración de la relación debido a la reciprocidad de
autorevelaciones y del número de episodios, metas, amistades, emociones,
lugares, etc. Compartidos (…) y una vez llegado al máximo tiende a
estabilizarse (…)” (Maurerira Cid, Fernando; 2011).
c.
El romance; “Se refiere a las conductas establecidas por cada sociedad como las
adecuadas para generar la atracción y el posterior interés que se mantiene en
el tiempo de una pareja en una relación. (…) Este elemento tiene un crecimiento
acelerado durante los primeros años de relación debido a la activación
fisiológica y/o de la atracción física sentida hacia el otro (…), la atracción
personal (…), y nuestras propias expectativas románticas (…)” (Maurerira Cid,
Fernando; 2011). Cabe señalar que con el paso del tiempo, estas actitudes irán
perdiendo intensidad, debido a que las personas tienden a seguir un patrón de
habituación – saciedad, en otras palabras, la relación deja de ser novedosa
para el sujeto, lo que puede crear una especie de monotonía.
Para
concluir, debemos decir que estos estudios nos permiten especificar y ubicar
temporalmente el transcurso que pueden seguir las relaciones de pareja, mismas
que, según Fernando Maurerira Cid (2011), “gracias a los estudios empíricos de
la evolución de las relaciones de pareja de Yela se puede determinar tres fases
en la pareja: a) una primera fase conocida como enamoramiento [que denomina T1,
que va de 1 a 4 años] (…) donde sobresale el amor y el romance; b) una segunda
etapa (…) denominada amor pasional [que va desde T1 a T2, que dura cerca de 6
años] donde vemos amor, romance, complicidad y aumento de compromiso; y c) una
tercera etapa de amor compañero [de T2 en adelante, con una duración de 6 años
aprox.] con moderado amor y romance y aumento de intimidad y compromiso”.
Claro
está que estas etapas solo podrían ser apreciadas en las relaciones de pareja
que han logrado durar años, donde debemos recordar que el compromiso, es el
principal elemento que logra que se mantengan estables, y generalmente, hablamos
de un tipo de Amor Consumado, pues difícilmente podríamos decir que otro tipo
de amor logra tener tal duración, pues una vez que se ha logrado llevar una
relación hasta la etapa de “amor compañero”, se presentan nuevas variantes,
mismas que permitirán llevar la relación a un último nivel de convivencia, las
cuales son: a) el amor amistoso, que se funda en un compromiso y complicidad,
pero sin que exista romance o amor; b) una relación de convivencia, donde solo
podemos apreciar compromiso, o c) ruptura de la relación.
Características
de una Relación Sana
Nos sentimos a gusto haciendo cosas
juntos. No permitimos que la otra persona imponga siempre sus deseos, Acordamos
las cosas que queremos hacer, no hacemos siempre lo que quiera la otra persona.
También realizamos actividades por
separado. Mantenemos nuestro espacio, con nuestras aficiones, amistades y
familia.
No necesitamos comportarnos de manera
diferente a como somos para agradar a la otra persona.
Nos gusta la otra persona tal como es y no
tratamos de cambiarla. Apreciamos sus cualidades y aceptamos sus defectos.
Las opiniones de los dos son igual de
importantes, aunque sean diferentes.
Cuando discutimos o tenemos problemas
intentamos buscar soluciones satisfactorias para ambos, a través del diálogo
y la negociación, sin usar la imposición, la amenaza o el chantaje afectivo
(“si me quisieras de verdad…”).
La confianza mutua y la honestidad son
ingredientes básicos de la relación. Podemos hablar de cualquier tema y
expresar nuestros sentimientos con confianza y sin miedo a la reacción de la
otra persona.
Utilizamos la comunicación, expresándonos
con respeto. Controlamos y evitamos las expresiones violentas de agresividad o
coraje.
Respetamos los límites de la otra persona,
aunque no estemos de acuerdo con ellos.
Tenemos relaciones sexuales por deseo y
mutuo acuerdo de ambas partes. Aceptamos un NO sin problemas.
Si uno de los dos decide terminar la
relación puede plantearlo sin miedo, sabiendo que la otra persona va a
respetar esa decisión, aunque no le guste o le duela.
No esperamos que la otra persona nos haga
siempre feliz o nos resuelva todos nuestros problemas. Cada uno asume la
responsabilidad de su vida.
Respetamos que somos personas diferentes.
Tenemos en cuenta las opiniones e ideas de la otra persona. Apoyamos sus
proyectos y decisiones
Reconocemos el derecho de la otra persona
a la libertad y a cuidarse por sí mismo.
Reconocemos la igualdad de género en las
relaciones, con un ejercicio democrático del poder, sin que puedan existir personas
dominantes ni dominadas.
¿Cómo Echar a Perder una Relación?
Podemos decir que existen dos tipos de pareja: las parejas sanas y las parejas
insanas. En toda relación se requiere hacer y dejar de hacer ciertas cosas, por
parte del hombre y de la mujer. Hablaremos de algunas cosas que las personas hacen para
lastimar a su pareja y echar a perder su relación.
1. Criticar; en una
relación de una pareja, no hay crítica positiva, por el contrario, lastima la
autoestima y se daña la integridad de quien es criticado, ocasiona baja
autoestima, falta de confianza en la pareja o la sensación de no satisfacer al
otro; esto provoca con el tiempo sentimientos de enojo y resentimiento, la
sensación de frustración y de no aceptación por parte del otro. Lo anterior
puede ocasionar que la persona criticada haga lo mismo y critique a quien le
critica, para demostrarle que también se equivoca y cornete errores.
Hay
personas con actitudes muy críticas hacia su pareja o la vida en general y
están convencidas de que su crítica es por el bien de los demás, para que
aquellos cambien y mejoren, sin ser conscientes del daño que les causan con su
crítica.
Las
críticas pueden ser por la forma de vestir, forma de hablar, de sentarse, de
hacer las cosas, bailar, cocinar, la familia o amistades, el trabajo y los
compañeros, etc.
2. Amenazar y señalar; hay
personas que amenazan a su pareja con la separación y divorcio. Lo que genera
inseguridad emocional y el temor a equivocarse y ser despreciado por la pareja.
Todos los seres humanos cometemos errores y la pareja puede ayudar a ser
conciencia de estos, pero de una forma que no lastime o haga sentir mal.
3. Sermonear y moralizar; regularmente
esperamos que la pareja nos comprenda, nos escucharle, pero cuando se recibe un
sermón de acuerdo a lo que considera correcto como:
“Deberías
hacerlo de esta manera. Debiste haberlo dicho esto... o aquello.... La próxima
vez deberás aguantarte“, etc.
Estos
comentarios, hacen pensar que no se confía en lo que piensa o siente, que actúa
de manera incorrecta y que debe actuar como el otro lo dice.
4.- Ridiculizar y avergonzar; al
ridiculizar o poner en evidencia los defectos de la pareja, frente a sus
amigos, compañeros, familia, etc. es quitarle valor no sólo como pareja, sino
como persona y ser humano. A la vez que nos devalúa a nosotros también pues
fuimos quienes le elegimos. No es solamente una falta de respeto, hace sentir
al otro que no es aceptado, ni apoyado.
Las
personas sanas, hablan bien de su pareja con las demás personas (su belleza, su
inteligencia y cualidades), porque al hacerlo descubren que también se valoran
a sí mismas.
5. Interrogar y acusar; interrogar
y acusar no es una forma de comunicación efectiva, hace que la otra persona no
se siente escuchada, lo hace sentirse observado y vigilado. Quien interroga
trata de colocarse en una posición de superioridad, como si fuese el padre o el
jefe y percibe al otro como su subordinado o inferior, también es una falta de
respeto y desconfianza.
6.- Aconsejar; querer
solucionar problemas, cuando no lo pide la pareja, en lugar de favorecer, se
empeora. Si tenemos un consejo, primero hay que pedirle permiso para opinar,
respetando que no se considere nuestro punto de vista.
Hay
personas que hablan de sus problemas buscando más el apoyo emocional y una
forma de desahogarse, no un consejo o solución. Por lo anterior puede ser más
valiosa una actitud de escucha o un abrazo que una lista de consejos.
7.- Celar; los celos han sido considerados como el
cáncer del amor, demuestran inseguridad. La persona celosa tiene miedo a perder al
objeto amado y con su conducta celosa, lo único que hace es destruir al amor
mismo. Los celos, no favorecen el crecimiento de una pareja.
Los
celos no patológicos, si es que existe una parte sana en los celos, podrían ser
interpretados como un símbolo de interés por la otra persona y una manera de
hacerle saber su afecto, el deseo de compartir no sólo nuestro tiempo, sino
nuestra vida. Estos celos pueden ser sabiamente orientados y llevarnos a cuidar
de la otra persona, así como a ofrecerle una calidad de vida tan especial, que
difícilmente alguien más podría ofrecerle.
Los
celos patológicos, irracionales e irrespetuosos, basados en la desconfianza de
ser traicionado, la inseguridad y el temor de que otro pueda ser mejor
prospecto para su pareja, que termina por asfixiar una relación, con dolor y
sufrimiento. Estos celos hacen sentir mal, a la pareja, provocan
distanciamiento emocional y físico.
8.- Ser infiel; la
infidelidad, es algún tipo de interés afectivo o sexual para otra persona que
no sea la pareja. En una cultura monogámica como la nuestra, la fidelidad es un elemento
importante en la vida de una pareja. Casi todos tenemos la expectativa de que
al elegir una pareja, será para toda la vida, solo a nosotros nos amará y nos
comprometemos a corresponderle de igual manera. Idealmente en una relación se
busca superarlos conflictos, la estabilidad emocional y física en una relación
sana con una persona del sexo opuesto, con la intención no sólo de procrear y
tener hijos, sino de crecer juntos como seres humanos, a la vez que compartimos
lo mejor de nosotros mismos.
Bibliografía
Martínez, Ana Luz; Valencia, González; N. y López, P.
(2000); Roles en las Relaciones de Pareja; México.
J.
Sternberg, Robert (2000); La Experiencia del Amor. La Evolución de la Relación
Amorosa a lo Largo del Tiempo; Paidós; España.
Maureira
Cid, Fernando (2011); Los Cuatro Componentes de la Relación de Pareja; Revista
Electronica de Psicología Iztacala; Universidad de Santiago de Chile.
Paz
Roriguez, Juan Ignacio (2010); Relaciones y Parejas Saludables: Cómo Disfrutar
del Sexo y del Amor; Consejería de Salu; España.





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