Sunday, May 31, 2015

Infidelidad

El marido al llegar a su casa encuentra a un hombre abajo de la cama.
Muy enojado le pregunta a su mujer:
- ¿Qué hace ese hombre abajo de la cama?
- Abajo no sé, pero arriba maravillas.

Podemos definir a la infidelidad como la ruptura de un contrato, acuerdo o pacto implícito o explícito, en el cual uno de los dos miembros en una pareja, tiene algún tipo de relación con una tercera persona. Si bien esto puede sonar muy claro, a veces los límites de qué es lo que se considera una infidelidad varía de persona a persona.

Hay muchas personas que piensan que si no hubo sexo no hay infidelidad, para ellos los besos no contarían, otras más extremistas creen que tan sólo basta pensar en serlo o fantasear con otra persona para cometer una infidelidad. Y algunas otras personas que por ejemplo se  permiten histeriquear y seducir gente constantemente, llegando a entablar largas charlas y devaneos amorosos no lo consideran una infidelidad, aunque habría que ver que piensan de eso sus parejas.

El tema fundamental para hablar de infidelidad es la ruptura del contrato que se había establecido. El mismo, que muy pocas veces está explicitado, suele ser tácito en la mayoría de los casos y en él, ambos miembros de la pareja acuerdan frecuentemente mantener un vínculo de exclusividad sexual y afectiva. Al romperse o incumplirse ese contrato entre los miembros de la pareja, se pone en cuestión la confianza y la palabra empeñada, dañando la relación.

La confianza de las personas es la que más sale perjudicada después de que una infidelidad es descubierta, la persona engañada tendrá dificultades en volver a creer, en confiar nuevamente cuando no se cumplió con lo que tenían pactado o convenido. Recordemos que este tipo de contratos son arreglos implícitos que no suelen estar explicitados, son reglas que se aceptan por parte de ambos miembros, en donde la exclusividad suele ser un factor común en la mayoría de las relaciones.

Si bien hay parejas que establecen otro tipo de contratos, por ejemplo los swingers, que realizan intercambio de parejas, también entre ellos existe cierto contrato, sólo que con otras cláusulas o condiciones, quizás esté estipulado que pueden tener relaciones sexuales con otras personas, pero sólo si está presente el otro miembro de la pareja, o tal vez tienen la libertad de tener las relaciones que quieran y con quien quieran, pero deben contarse lo que hagan. En cualquier relación siempre hay cosas permitidas y cosas prohibidas. Los problemas en las parejas suelen surgir cuando las reglas del juego no están claras, o cuando alguno las rompe o las infringe. También aparecen dificultades o problemas cuando existen malentendidos, el caso en donde uno creía una cosa y otro algo diferente.


¿Infidelidad o Adulterio?
Habitualmente se utilizan estos términos como sinónimos, pero existe una diferencia entre ambos. Adulterar significa “viciar” o “falsificar una cosa”, “corromper” o “mezclar”. El vocablo adulterio es un término que se utiliza para aquellos que teniendo un vínculo legal con otra persona, estando casados, mantienen relaciones sexuales con un tercero que no es el marido ni la esposa.

La infidelidad representa una ruptura de un pacto tácito de exclusividad tanto afectiva como sexual, entre dos personas que libremente toman la decisión de compartir sus vidas en una relación de pareja, independientemente de si existió o no un compromiso legal.

Por lo tanto se denomina adulterio a la infidelidad dentro del matrimonio, constante u ocasional con un tercero, sin hacer referencia al vínculo afectivo sino exclusivamente al aspecto sexual de la relación. Es un término que se utiliza principalmente a nivel legal y su uso es más restrictivo que el de infidelidad.

El vocablo adúltero tiene un matiz y una connotación negativa fuerte. Decir que alguien es infiel, no suena tan fuerte como decir que es adúltero. La diferencia para la mayoría de las personas, entre adulterio e infidelidad respecto de cómo nos podemos sentir si nos son infieles o adúlteros no existe; por lo tanto esta distinción sólo tiene relevancia para cuestiones legales o para la Iglesia, ambas establecen una clara diferenciación ya que en el caso del adulterio existe la ruptura de un contrato explícito que se hizo ante algún representante de la ley civil y bajo las leyes de una sociedad o ante Dios.


Tipos de Infidelidad
Clasificación breve:
Infidelidad accidental: Con este término hacen referencia a aquella infidelidad que no es esperada ni buscada.
Infidelidad pura: Se da en aquellas personas que engañan frecuentemente a su pareja.
Aventura romántica: Se refiere a las infidelidades ocasionales que se llevan a cabo simplemente como un escape de la realidad y la monotonía.
Arreglos especiales: Son aquellos acuerdos en donde se permite por ejemplo abrir la pareja o se dan separaciones temporales y en esos momentos existe una infidelidad.

Clasificación ampliada; en todos los casos siguientes presuponemos que la persona en cuestión, está comprometida en algún tipo de relación, en donde existe un vínculo afectivo de cierta exclusividad.

En cuanto a las relaciones sexuales
Infidelidades sin relación sexual: Se refiere a aquellas relaciones en donde existen juegos de seducción, besos, abrazos, declaraciones, etc., pero no existe intimidad sexual.
Infidelidades con relación sexual: Se refiere a aquellas en donde existió o existen relaciones sexuales.

En cuanto al grado, tiempo e involucración afectiva de la infidelidad
Infidelidad de pensamiento, fantasías de infidelidad o pseudoinfidelidad: Con esta categoría me refiero a las fantasías, ideas o pensamientos que se tienen con un tercero. Cabe decir que estas no constituyen una verdadera infidelidad.
Devaneos amorosos o juegos de seducción: Son aquellas relaciones que se mantienen entre dos personas en donde simplemente existe una seducción constante, sin llegar a concretar nada, más allá del juego de las insinuaciones y las miradas cómplices.
Infidelidades platónicas: Se aplica a las relaciones fantaseadas en las cuales ciertas personas piensan constantemente en alguien en particular, ocupando gran parte de su día fantaseando con su amante imaginario, sin que exista una relación de amantes en la realidad.
Infidelidades de una vez: Son aquellas relaciones que se limitan a un único encuentro, acá incluimos al sexo pago, los encuentros de una noche, etc..
Infidelidades esporádicas: Son aquellas relaciones que se dan en forma ocasional, con frecuencia baja y sin una involucración afectiva importante.
Infidelidades fijas: Son los relaciones que se mantienen con una misma persona en forma sostenida, pero espaciadas en el tiempo, en general se dan encuentros en donde el principal motivo es sexual.
Infidelidades plenas o puras: Son aquellas relaciones que se mantienen en forma sostenida en el tiempo y en la que se comparten salidas, afecto, sexo y existe entre los amantes un vínculo relativamente estable.
Infidelidades compulsivas: Son aquellas en donde la persona constantemente engaña a su pareja, habitualmente no deja pasar una oportunidad de ser infiel. En casos graves pueden tener dificultades en controlar el impulso sexual y pueden caer en situaciones de promiscuidad sexual.
Doble vida: Son aquellas relaciones en donde la persona involucrada forma dos familias paralelas, existen vínculos afectivos, sólidos y estables con ambas. En algunos casos tienen hijos, en general alguna de las partes está enterada y en casos más excepcionales puede que solo esté al tanto de la situación el infiel.

En cuanto al riesgo
Infidelidades de grado 1: Son las infidelidades que se llevan a cabo con personas ajenas al círculo de la pareja, en general con ex novios o antiguas relaciones, compañeros del trabajo, del club o personas que se conocen mediante una salida casual, internet, etc..
Infidelidades de grado 2: Son aquellas infidelidades que las personas tienen con profesionales que se dedican al sexo, acá incluimos quienes tienen sexo pago o utilizan este tipo de servicios.
Infidelidades de grado 3: Son los engaños que se realizan con personas cercanas a la pareja, pueden ser familiares o amigos íntimos.


Patrones de infidelidad
Los especialistas7-9 que estudian de manera metódica y sistemática las relaciones de pareja han identificado y descrito 5 patrones, forma de conducta interpersonal que requiere de cooperación mutua para ser llevado a cabo, que van a «producir» un clima propicio o «caldo de cultivo» para que la infidelidad ocurra. Los describimos de la manera más concisa y dada la predominancia del género masculino caracterizaremos al infiel como ‘él’ y la fiel como ‘ella’.

Tipo 1. Evitadores de conflicto. Provienen de familias convencionales y más o menos rígidas en las que la expresión abierta de malestar y/o enojo está prohibida. Se trataría de una especie de japoneses occidentales. La pareja es vista por los demás como modelo ya que nunca pelean o se disgustan. Ambos miembros son agradables y cooperadores. Pueden expresar irritación, pero no el conflicto. Trabajan arduamente para evitar que estallen conflictos abiertos y por ello no resuelven sus diferencias. Típicamente la infidelidad ocurre entre los primeros 5 a 10 años de matrimonio y habitualmente es de corta duración, antes, por supuesto, de que la aventura se convierta en un conflicto.

Tipo 2. Evitadores de intimidad. En general provienen de familias desorganizadas y «emotivas». Una especie de personajes de  opera o de tango argentino. Los dos miembros de la pareja temen la cercanía emocional y ponen barreras, pues se sienten atrapados. Son hedonistas que buscan el placer, pero no soportan las tensiones. Tienen frecuentes e intensas peleas que escalan de intensidad. La conexión emocional se da a través de las peleas. La intimidad se vincula al conflicto y típicamente se reconcilian. La infidelidad se da en los primeros 5 años de matrimonio, a veces desde la luna de miel. Estas personas tienen aventuras de corta duración y no las ocultan demasiado. En este patrón los dos miembros son con frecuencia infieles y él o la amante funciona como separador o «modulador» de la intimidad a la que se teme, o no se soporta durante mucho tiempo.

Tipo 3. Escindidos. Provienen de familias en las que han jugado el papel de padre o madre substitutos. Son ayudadores «profesionales» y de tiempo completo. Ambos miembros se han dedicado a hacer lo que los demás esperan de ellos y han tratado de construir una estructura familiar adecuada. Son personas estimadas por amigos y colegas. Son vistos como responsables y confiables. No han satisfecho sus necesidades a lo largo de la vida, por lo que no tienen mucha experiencia en expresarlas, especialmente en lo que al erotismo concierne. Llevan 10 o muchos más años de  casados cuando inician una relación extramarital que siempre es emocionalmente significativa. Uno o ambos están deprimidos. Típicamente se quedan en la relación matrimonial, pero extrañan la pasión de la aventura. La culpa hacia el cónyuge y hacia la amante es brutal y están  desgarrados. La mujer se aguanta por seguir en el «deber ser» por la familia, los hijos», y eso aumenta la culpa en ambos. En este tipo es donde existe mayor índice de sufrimiento ya que se oscila o se dan «bandazos» entre la esposa y la amante.

Tipo 4. De salida. Es una continuación del tipo 1. Normalmente los miembros de la pareja tienen historias de duelos sin resolver por lo que no se aprende a tramitar de manera sensata el fin de una relación. Así, la aventura es el vehículo para romper la relación («quiero que se entere»). La infidelidad «distrae» al que abandona del dolor y de la culpa. Aquí el matrimonio lleva menos de 10 años. La infidelidad no le genera mayor conflicto emocional al que la lleva a cabo, pues es sólo un instrumento para la ruptura. Ambos utilizan la aventura como medio para terminar con la relación.

Tipo 5. Adicción sexual. Uno de los miembros de la pareja se engancha en la conducta infiel activa, mientras que la otra la facilita. Tienen 25, 50 ó 100 aventuras a lo largo de pocos años. La seducción, la conquista, es más importante que la aventura. No tienen una relación emocional significativa con su compañera(o) de aventura. Buscan el sexo cuando se sienten solos o aburridos. El patrón de conducta es similar a la adicción al alcohol, al juego o a las drogas. Las esposas de los adictos presentan una fachada de mártires que les permite establecer una poderosa alianza con los hijos.


El sufrimiento
En la infidelidad se pone en juego la identidad completa de quien es traicionado: ya no soy «tan hombre» o «tan mujer». A quien le han sido infiel, sobre todo si ha sufrido de traiciones importantes en la infancia y/o adolescencia, padece intensamente por experimentar de nuevo sentimientos de humillación, enojo, frustración, tristeza y culpa. En nuestra cultura mexicana en donde a toda infidelidad «debe» seguir el divorcio inmediato, se presenta, sin embargo un dilema: ¿continuar o separarse? Y si se decide seguir, otro nuevo dilema: olvidar o perdonar. Olvidar es imposible; ¿será posible perdonar?

El perdón es muy difícil, tarea casi de Dios mismo y aquí apunto el dato curioso de que los infieles, en su origen, lo fueron ante la divinidad al no profesar la «fe verdadera», la cristiana por supuesto o, si estuviésemos en los países islámicos, la mahometana. En algunos casos la infidelidad es muy útil: ¿será el martillo que se utiliza de manera constante e histórica para sacar ventajas y golpear emocionalmente? ¿Por qué perder esa carta? Y la respuesta a plantearles es: ¿en qué mundo emocional se quiere vivir? ¿En uno de confianza, disfrutable y amorosa camaradería o en uno de mentira, engaño, celos y constante paranoia?

El infiel, con más frecuencia el que ha sido descubierto, también sufre: quiere que para empezar se olvide el evento o, en el mejor de los casos, que se le perdone. «Ya lo pasado, pasado; no me interesa», como dice la canción. Pero el sufrimiento de la víctima proviene de los pensamientos recurrentes intrusivos: la obsesión con la infidelidad del cónyuge. Se le interrogan al infiel los detalles, todo tipo de detalles: dónde, cuándo, cuánto, cómo contribuyeron cada uno de los actores, los amantes, de la tragicomedia de la infidelidad, las características físicas, sexuales, de todo tipo, de la «competencia». Todas las parejas de los y las infieles se obsesionan. La obsesión es una maniobra para enviar un mensaje poderoso: «ahora te va a costar» y se trata de que me pidas disculpas…sin límites.

La obsesión es, en sí misma, un proceso de evitación de dolor por parte del fiel. Evita mirar de frente la participación o responsabilidad que se tiene en la infidelidad del cónyuge. Se focaliza en el drama de la aventura: «yo me obsesiono y tu me pides disculpas y promesas que nunca son suficientes; y así ad nauseam: «no pides que te perdone con argumentos suficientemente convincentes, pides el perdón suficiente… Lo que sucede es que la dinámica del poder antes de la infidelidad consistía en que el infiel era el menos poderoso y después de su infidelidad es el que ahora tiene el control. La obsesión de la fiel, los interminables interrogatorios y los reproches, tienen la intención de descargar el dolor y reestablecer el balance del poder perdido.

Ahora bien, tomando en cuenta que no hay otra realidad más que la que acordamos culturalmente por medio del lenguaje, por ejemplo: « ¿estás seguro que yo veo estas manchas como las ves tú?», o, más bien, ¿existe un acuerdo social y cultural a partir del lenguaje de llamarlas letras negras? Por ello nosotros, o «YO», creamos los síntomas derivados de la infidelidad, la mayor parte de las veces dichos síntomas son el producto de eventos fundamentales de nuestra historia personal que tienen que ver con traiciones. Y si nosotros, o «YO», somos los creadores de nuestros síntomas, somos nosotros, o «YO», quienes podemos resolverlos o cambiarlos. Si no fuera así, ¿cómo explicar el intenso y enorme sufrimiento de unas personas, en contraste con otras que hacen suya la frase ancestral que tanto dolor ha menguado de «no importa que tu esposo tenga capillitas mientras tú seas la catedral»? Y, por supuesto, hay muchas alternativas de cómo ver y ampliar la conciencia en relación a lo que ha sucedido.




Bibliografía
Zumaya, Mario; Brown, Cynthia; Baker, Harry (2008); Las Parejas y sus Infidelidades; Revista de Investigación Médica Sur; México.
González Galarza, Jomairy; Matínez-Taboas, Alfonso; Martínez Ortíz, Daniel (2009); Factores Psicológicos Asociados a la Infidelidad Sexual y/o Emocional y su Relación a la Búsqueda de Sensaciones en Parejas Puertorriqueñas; Revista Puertorriqueña de Psicología; Puerto Rico.
Camacho, Javier M. (2004); Fidelidad e Infidelidad en las Relaciones de Pareja. Nuevas Respuestas a Viejos Interrogantes; Argentina: Dunken.

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