F65.5 Masoquismo
sexual [302.83]
La característica esencial del masoquismo sexual consiste en el
acto (real, no simulado) de ser humillado, golpeado, atado o cualquier otro
tipo de sufrimiento. Algunos individuos que padecen este trastorno se
encuentran obsesionados por sus fantasías masoquistas, las cuales deben evocar
durante las relaciones sexuales o la masturbación, pero no las llevan a cabo.
En estos casos, las fantasías masoquistas suponen por lo general el hecho de
ser violado o de estar atado y obligado a servir a los demás, de forma que no
existan posibilidades de escapar.
Otras personas llevan a cabo sus fantasías ellos mismos (p. ej.,
atándose ellos mismos, pinchándose con agujas, administrándose descargas eléctricas
o autolesiones) o con un compañero. Los actos masoquistas que se pueden
realizar con una pareja suponen restricción de movimientos (sumisión física),
vendajes en los ojos (sumisión sensorial), apaleamiento, paliza, latigazos,
golpes, descargas eléctricas, cortes, pinchazos y perforaciones (infibulación),
y humillaciones (p. ej., ser orinado o defecado encima, ser forzado a arrastrarse
y ladrar como un perro o ser sometido a insultos verbales).
La obligación de vestirse con ropas del otro sexo también puede
utilizarse como forma de humillación. El individuo puede tener el deseo de ser
tratado como un niño pequeño y ser vestido con pañales («infantilismo»). Una
forma particularmente peligrosa de masoquismo sexual es la llamada
«hipoxifilia», que supone la excitación sexual a través de la privación de oxígeno,
obtenida mediante compresión torácica, nudos, ligaduras, bolsas de plástico,
máscaras o productos químicos (a menudo algún nitrito volátil que produce un
descenso temporal de la oxigenación cerebral por vasodilatación periférica).
Las actividades que suponen la privación de oxígeno pueden
efectuarse a solas o en pareja. A causa de fallos en el utillaje, de errores en
la colocación del nudo o de las ligaduras o a otras equivocaciones, con alguna
frecuencia hay muertes accidentales. Los datos referentes a Estados Unidos,
Inglaterra, Australia y Canadá indican que estas prácticas producen 1-2 muertes
por millón de habitantes cada año. Algunos individuos con masoquismo sexual
presentan también fetichismo, fetichismo transvestista o sadismo sexual. Las fantasías
masoquistas probablemente se dan desde la infancia.
La edad en la que empiezan las actividades masoquistas con la
pareja es variable, pero con frecuencia es el principio de la edad adulta. El
trastorno tiene generalmente un curso crónico, y el individuo tiende a repetir una
y otra vez el mismo acto masoquista. Algunas personas con masoquismo sexual
pueden llevar a cabo actos masoquistas durante muchos años sin aumentar su
potencial lesivo. Sin embargo, en otros casos aumenta la gravedad de los actos
masoquistas con el paso del tiempo o durante períodos de estrés, lo cual
eventualmente puede producir lesiones o incluso la muerte del individuo.
F65.5 Sadismo sexual
[302.84]
La característica esencial del sadismo sexual implica actos
(reales, no simulados) en los que el sufrimiento físico o psicológico
(incluyendo la humillación) de la víctima es sexualmente excitante. Algunos
individuos con este trastorno se encuentran alterados por sus fantasías
sádicas, las cuales evocan durante la actividad sexual, pero sin llevarlas a
cabo; en estos casos las fantasías sádicas consisten normalmente en tener un
completo control sobre la víctima, que se encuentra aterrorizada por la
anticipación del acto sádico.
Otros individuos satisfacen las necesidades sexuales sádicas con
una pareja que consiente (que puede ser masoquista sexual) sufrir el dolor o la
humillación. Otro tipo de individuos con sadismo sexual llevan a cabo sus
necesidades sexuales con víctimas que no consienten. En todos los casos es el
sufrimiento de la víctima lo que produce la excitación sexual.
Las fantasías o actos sádicos pueden involucrar actividades que
indican la dominancia del sujeto sobre su víctima (obligar a la víctima a
arrastrarse o tenerla en una jaula); pue den, asimismo, concretarse en el hecho
de inmovilizarla físicamente, tenerla atada con los ojos vendados, darle una
paliza, golpearla, azotarla, pincharla, quemarla, aplicarle descargas
eléctricas, violarla, efectuarle cortes, intentos de estrangulación, torturas,
mutilación o incluso la muerte.
Las fantasías sexuales sádicas probablemente se dan ya en la
infancia. La edad de comienzo de las actividades sádicas es variable, pero por
lo general aparecen al comienzo de la edad adulta. El trastorno es
habitualmente crónico. Cuando el sadismo sexual se practica con parejas que no
consienten, la actividad tiene tendencia a repetirse hasta que el individuo es
detenido. Algunos sujetos que padecen el trastorno pueden dedicarse a sus actos
sexuales durante muchos años sin aumentar el potencial para infligir lesiones
físicas graves.
Sin embargo, la gravedad de los actos sádicos suele aumentar con el
paso del tiempo. Cuando el trastorno es grave y se halla asociado con el
trastorno antisocial de la personalidad los individuos pueden lesionar
gravemente o matar a sus víctimas.
F65.1 Fetichismo
transvestista [302.3]
La característica esencial del fetichismo transvestista consiste en
vestirse con ropas del otro sexo. Por lo general, el individuo guarda una
colección de ropa femenina que utiliza intermitentemente para transvestirse;
cuando lo ha hecho, habitualmente se masturba y se imagina que es al mismo
tiempo el sujeto masculino y el objeto femenino de su fantasía sexual.
Este trastorno ha sido descrito sólo en varones heterosexuales. El
diagnóstico no debe efectuarse en los casos en los que el transvestismo aparece
en el transcurso de un trastorno de la identidad sexual. Los fenómenos transvestistas
comprenden desde llevar ropa femenina en solitario y de forma ocasional hasta una
involucración extensa en la subcultura transvestista. Algunos varones llevan
una pieza de ropa femenina (p. ej., ropa interior o lencería) bajo su vestido
masculino; otros visten completamente como una mujer y llevan maquillaje.
El grado con el que el individuo transvestido parece ser una mujer
varía y depende de los gestos, el hábito corporal y la habilidad para
transvestirse. Cuando el individuo no se encuentra transvestido, por lo general
tiene un aspecto completamente masculino. Aunque la preferencia básica es
heterosexual, estas personas tienden a poseer pocos compañeros sexuales y en
ocasiones han realizado actos homosexuales.
Un rasgo asociado a este trastorno puede ser la presencia de
masoquismo sexual. El trastorno empieza típicamente con el transvestismo en la
infancia o a principios de la adolescencia. En muchos casos el acto
transvestista no se efectúa en público hasta llegar a la edad adulta. La
experiencia inicial puede suponer un transvestismo parcial o total; cuando es
parcial progresa a menudo hacia un transvestismo completo.
Un artículo favorito de vestido puede transformarse en un objeto
erótico en sí mismo y utilizarse habitualmente primero para la masturbación y
después para las relaciones sexuales. En algunos individuos la excitación que
produce el transvestirse puede cambiar a lo largo del tiempo, de manera
temporal o permanente, tendiendo a disminuir o desaparecer. En estos casos el
transvestismo se convierte en un antídoto para la ansiedad o la depresión, o contribuye
a obtener una sensación de paz y tranquilidad.
En otros individuos puede aparecer disforia sexual, especialmente
en situaciones de estrés, con o sin síntomas de depresión. Para un reducido
número de personas, la disforia sexual se convierte en una parte fija del
cuadro clínico y se acompaña del deseo de vestir y vivir permanentemente como
mujer, así como de la búsqueda de un cambio de sexo hormonal o quirúrgico.
Los individuos con este trastorno a menudo buscan tratamiento
cuando aparece disforia sexual. El subtipo con disforia sexual ha sido
establecido con el fin de permitir al clínico anotar la presencia de esta
característica como parte del fetichismo transvestista.
F65.3 Voyeurismo
[302.82]
La característica esencial del voyeurismo implica el hecho de
observar ocultamente a personas, por lo general desconocidas, cuando están
desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual. El acto de mirar se efectúa
con el propósito de obtener una excitación sexual y por lo general no se busca ningún
tipo de relación sexual con la persona observada.
El orgasmo, habitualmente producido por la masturbación, puede
aparecer durante la actividad voyeurística o más tarde como respuesta al recuerdo
de lo observado. A menudo, este tipo de personas disfrutan con la fantasía de
tener una experiencia sexual con la persona observada, pero en realidad esto
rara vez sucede. En su forma más grave el voyeurismo constituye la forma
exclusiva de actividad sexual. El inicio del comportamiento voyeurístico
acostumbra a tener lugar antes de los 15 años. El curso tiende a ser crónico.
F65.9 Parafilia no
especificada [302.9]
Esta categoría se incluye para codificar las parafilias que no
cumplen los criterios para ninguna de las categorías específicas. Como ejemplos
de estas parafilias cabe mencionar (aunque no se limitan a): escatología
telefónica (llamadas obscenas), necrofilia (cadáveres), parcialismo (atención centrada
esclusivamente en una parte del cuerpo), zoofilia (animales), coprofilia
(heces), clismafilia (enemas) y urofilia (orina).
Bibliografía
López, Juan José;
Aliño, Ibor; Valdés Miyar, Manuel (2002); “DSM IV – TR, Manual Diagnostico y
Estadístico de los Trastornos Mentales”; Ed. Elsevier Masson; México D.F.
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