“Las posibilidades eróticas del animal humano, su capacidad de
ternura, intimidad y placer nunca pueden ser expresadas espontáneamente, sin
transformaciones muy complejas: se organizan en una intrincada red de
creencias, conceptos y actividades sociales, en una historia compleja y
cambiante”.
Jeffrey Weeks
La sexualidad, una parte del ser humano que sin importar las
circunstancias que rodeen a un sujeto, siempre resultara ser un tabú, algo
enigmático, es una parte del ser humano que genera un sinfín de reacciones,
pero… ¿Qué entendemos por sexualidad? ¿Por qué genera tanta curiosidad en la
mente humana?
Para dar inicio considero más apropiado comenzar por el inicio,
aunque realmente es el resultado de todos los estudios y escritos que se habían
realizado desde hace siglos, y que a la vez, es el inicio de una nueva forma de
estudiar al humano, la sexología, término que el Dr. Fernando Bianco (1991),
propone que sea considerada como “la rama del conocimiento que estudia el sexo,
su proceso de diferenciación, y alteraciones y la función sexual, su proceso de
activación, sus características fisiológicas y alteraciones”. Si bien esta
definición nos lleva a considerar que la sexología solo se encarga y nos lleva
a pensar que la sexualidad son solo aspectos biológicos, la verdad es que se
vería de una manera incompleta, pues sabemos que el ser humano no solamente es
cuerpo y funciones vitales; somos seres sociales que cuentan con un instinto
gregario y que además, contamos con varios procesos psicológicos, que nos permiten
el aprendizaje y la adaptación a la realidad que nos rodea.
Ahora bien, como ya mencione, el ser humano también es un ser
psicológico, lo que nos lleva a tomar en consideración todo lo que la
psicología ha logrado aportar a la sexología; si bien antes de que Freud
comenzara a causar revuelo con sus tan atrevidas teorías acerca del ser humano,
todo lo referente al sexo quedó cegado por la represión sin igual que la
iglesia le había dado, la sexualidad del ser humano se limitaba a la
reproducción, pues el placer era pecado, y el pecado, condenación del alma.
Sigmund Freud abre un parteaguas en cuanto a la forma de ver la sexualidad, y
el cómo las personas tienen diferentes formas de concebirla y ejercerla. La
Psicosexualidad, término que se rescata de la teoría psicoanalítica, nos
permite tratar de comprender como es que el ser humano se desarrolla a lo largo
de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, considerando su sexualidad y
como esta va evolucionando, sin dejar de lado como ésta le permite una relación
con su entorno y una forma peculiar de concebirse a sí mismo, proporcionando
una parte de su identidad.
Pero si estas dos ciencias permiten comprender de mejor manera lo
que es la Sexualidad, podemos darnos cuenta que la información no llega a todos
los rincones, pues incluso en esta época, la gente sigue confundiendo los
conceptos, hablan de sexo cuando se refieren a un acto coital, la sexualidad
parece ser un tema intocable en la educación de los niños, y en los
adolescentes, hasta se piensa que esta información puede pervertir sus mentes.
Por esta razón y aunque corra el riesgo de sonar como un diccionario que busca
aclarar las ideas de quien lea esto, procederé a mencionar los “componentes” de
la sexualidad.
La sexualidad ha sido un
concepto difícil de poder definir, pues si bien es parte de nosotros como
seres, la forma en que se aprecia ha ido cambiando según la época y la edad del
sujeto, pero lo que si podemos asegurar, es que se compone de tres aspectos:
biológicos, psicológicos y sociales.
Comenzare con el aspecto
biológico; podemos considerar al ser humano como una maquina perfecta, y es que
si lo pensamos, todo nuestro organismo funciona de una manera tan acertada, que
la mínima variación en el ambiente (interno o externo), genera respuestas con
un fin específico, recuperar el equilibrio del organismo; y el por qué forma
parte de la sexualidad, es debido a la palabra Sexo, la cual muchas personas
confunden con un acto coital, pero simplemente esta palabra se refiere a la
diferenciación de hombre y mujer, del pene y la vagina, hablar de sexo, es
hablar de las características, órganos y funciones específicas que nuestros
cuerpos poseen y que permiten llevar a cabo el proceso de la reproducción y la
supervivencia de la especie.
Por su parte, los aspectos
sociales de la sexualidad, van más en función a lo que un hombre y una mujer
deben realizar, cuales son las conductas aceptadas para cada sexo, además de
tener en cuenta todos los procesos económicos y políticos que pueden influir en
la retención de estos “estereotipos”. Si retrocedemos unos miles de años atrás,
nos daremos cuenta que desde el inicio de la sociedad, el hombre siempre ha
sido considerado como el sexo fuerte, el proveedor de comida y seguridad; en
cambio, las mujeres son el sexo débil, las administradoras del hogar, las que
deben criar a los hijos y atender a su hombre sin chistar, estos estereotipos
han sido llevados y mantenidos incluso en nuestros tiempos, gracias a la gran
influencia que la religión tuvo en torno a la sexualidad; pero también mencione
que es un proceso político (el económico lo entendemos con lo anteriormente
dicho, el hombre trabaja, la mujer se queda en casa), y también debe ser dicho, de poder; ya
Michael Foucault nos mostraba en sus investigaciones de la sexualidad que el
hombre debía dominar a la mujer, e incluso en la antigua Grecia, se decía como
debían conducirse los cortejos, los matrimonios, e incluso, las relaciones
entre hombres, pero de todo se rescata que, la posición que se ocupase en la jerarquía
social, es la que definía la forma de actuar de los sujetos. Puede ser
arriesgado decir que la sociedad es una gran influencia en nuestro tiempo, y
aunque actualmente podamos considerarnos como una sociedad que se abre a nuevas
formas de pensamiento y de vida, en torno a la sexualidad aún quedan muchos
aspectos por profundizar y develar, pero como en algún momento Sigmund Freud
plasma en su escrito “Tótem y Tabú”, seguimos manteniendo una adoración a las
figuras que nuestros antepasados consideraron importantes, y transgredirlos era
ser víctima del tabú, del estigma social que esto conllevaba, y aunque el
origen de estos tabúes y tótems sigue su camino en la herencia sociocultural, su
origen nos es ya desconocido, pero modificarlos de raíz, podría significar una
pérdida del orden y estructura social como hoy la concebimos, ante esto queda
la pregunta… ¿Qué podemos hacer?
Por último y no por eso
menos importante, los aspectos psicológicos; el ser humano tuvo millones de
años para poder obtener lo que hoy conocemos como la corteza frontal del
encéfalo, y si bien antes ya éramos y actuábamos de manera instintiva y con un
resto de emociones (respuestas biológicas del organismo), esta evolución del
encéfalo nos llevó al pensamiento, el lenguaje, el aprendizaje y la adaptación
como la conocemos y tratamos de comprender hoy en día, y esto modifica a su vez
la forma en como nos relacionamos con los demás, y en cuanto a la sexualidad,
por el momento solo se abarcará a definir el Erotismo y el Vínculo Afectivo. En
líneas anteriores mencione la evolución del encéfalo hasta llegar a lo que
conocemos hoy en día, pues bien, las emociones ya eran parte del ser humano y
podemos encontrarlas en las especies mamíferas, son las respuestas que el
organismo produce ante una situación, como por ejemplo: “huir o pelear”; tan
simple como eso, reacciones orgánicas para mantener y tratar de preservar la
vida del sujeto / animal; pero la corteza frontal nos lleva a algo nuevo, la
consolidación de un sentimiento, es así como de una excitación del sujeto al
observar algo que le agrada, pasamos a denominarlo felicidad o alegría, de
sentirnos vulnerables e impotentes a estar tristes o deprimidos; estos son los
sentimientos, y si los colocamos en las relaciones sociales, podemos llegar al
amor, el odio, entre otros más, de aquí partimos con el Vínculo Afectivo, que
no es más que esa sensación de confianza que nos genera el otro, un vínculo
afectivo que puede estar presente en amistades o en el amor, nos permite poder
acercarnos e involucrarnos con una persona de distinta manera que lo haríamos
con alguien que no conocemos. ¿Y qué me dicen del Erotismo?... la Real Academia
Española lo define como un “amor sensual”, con esto podríamos hablar de lo que
también se conoce como preámbulo, pero la sensualidad en las personas no se
presenta solamente en la cama, es la forma en como la persona usa su
sexualidad, lo que nos muestra y podemos observar, es ese gusto y deleite de
los sentidos que provocan o satisfacen a la persona; es por esta razón que
dentro de la sexología y la sexualidad, el erotismo y en especial, ese juego
previo al acto coital, toma mucha importancia, pues es ese sentir y disfrutar,
sin siquiera haber penetración.
Y todo esto de la
sexualidad, la experiencia, el desarrollo psicosexual, y las expectativas de la
sociedad, nos llevan a formarnos una Identidad Sexual, que es el autoconcepto
que tiene cada persona de sí misma, y en donde se involucran los factores antes
mencionados de la sexualidad; pero también debemos tener en cuenta que aquí se
hace una confusión de los términos, muchas veces nos referimos a la Identidad
Sexual, como la Orientación o Preferencia de las personas, cuando la primera
solo se refiere a esa atracción que tienen las personas por otras, ya sea
Heterosexual, Homosexual, Bisexual, entre otras; la Preferencia, por su parte,
solo hace mención a los gustos específicos que tiene el sujeto, y en donde
debemos decir, no a todos nos gusta lo mismo. Y aunque casi no se escucha
hablar de la Identidad de Género, y que puede llegar a ser comprendida como ese
rol social que deben desempeñar hombres y mujeres, no es más que la percepción
que tenemos sobre nosotros mismos, es el cómo vivimos nuestro género, sea
hombre o mujer, engloba toda la forma de expresarse de la persona, y hay que
resaltar algo, nuestro sexo, puede o no corresponder a nuestra Identidad de
Género.
Naciones Unidas, Derechos
Humanos; Orientación Sexual e Identidad de Género en el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos.
Cruz Roja Juventud; Sexualidad.
Urizar Uribe, Maite (2012);
Vínculo Afectivo y sus Trastornos.
Dr. Bianco Colmenares,
Fernando J. (1991); Sexología, Definición y Concepto; Centro de Investigaciones
Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela; Caracas, Venezuela.
Historia del Erotismo, Lo
Duca.
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