Thursday, September 18, 2014

Trastornos Sexuales - Disfunción Orgásmica Femenina

Los trastornos sexuales se caracterizan por una alteración de los procesos propios del ciclo de la respuesta sexual o por dolor asociado con la realización del acto sexual. El ciclo completo de la respuesta sexual puede dividirse en las siguientes fases:
1. Deseo: Esta fase consiste en fantasías sobre la actividad sexual y el deseo de llevarlas a cabo.
2. Excitación: Esta fase consiste en la sensación subjetiva de placer sexual y va acompañada de cambios fisiológicos. Los cambios más importantes en el varón son la tumescencia peneana y la erección. (…) en la mujer son la vasocongestión generalizada de la pelvis, la lubricación y expansión de la vagina, y la tumefacción de los genitales externos.
3. Orgasmo: Esta fase consiste en el punto culminante del placer sexual, con la eliminación de la tensión sexual y la contracción rítmica de los músculos del perineo y de los órganos reproductores. En el varón existe la sensación de inevitabilidad eyaculatoria, que va seguida de la emisión de semen. En la mujer se producen contracciones (no siempre experimentadas subjetivamente como tales) de la pared del tercio externo de la vagina. Tanto en el varón como en la mujer el esfínter anal se contrae de manera rítmica.
4. Resolución: Esta fase consiste en una sensación de relajación muscular y de bienestar general. Durante ella los varones son refractarios fisiológicamente a la erección y al orgasmo durante un período de tiempo variable. Por el contrario, las mujeres son capaces de responder a una estimulación posterior casi inmediatamente.


Los trastornos de la respuesta sexual pueden aparecer en una o más de estas fases. (…) En los criterios diagnósticos no se intenta especificar la frecuencia mínima de las situaciones, actividades o tipos de contacto sexual en los que puede aparecer la disfunción. Este juicio debe establecerlo el clínico, que ha de tener en cuenta diversos factores como la edad y la experiencia del individuo, la frecuencia y la cronicidad del síntoma, el malestar subjetivo y el efecto sobre otras áreas de actividad.

La disfunción orgásmica es una inhibición de la fase orgásmica del ciclo de respuesta sexual. La condición se denomina primaria cuando la mujer nunca ha experimentado el orgasmo a través de ningún medio de estimulación y secundaria si la mujer ha logrado el orgasmo en el pasado, pero en la actualidad es anorgásmica.

La disfunción orgásmica primaria, donde la mujer nunca ha experimentado un orgasmo, parece caracterizar alrededor del 10 al 15% de las mujeres. Las encuestas sugieren generalmente que entre un 33 y un 50% de las mujeres experimentan orgasmos esporádicos y no están satisfechas con esta frecuencia. Se cree que la ansiedad por el desempeño es la causa más común de los problemas de orgasmos y que un 90% o más de estos problemas parecen ser de naturaleza psicológica.
Algunas drogas pueden sedar y deteriorar la capacidad de respuesta orgásmica, incluido el alcohol. Los antidepresivos ISRS son una causa muy común de falta de orgasmo, orgasmo retardado u orgasmo insatisfactorio en hombres y mujeres.
Rara vez, las condiciones médicas que afectan la inervación de la pelvis (como la esclerosis múltiple, la neuropatía diabética y la lesión de la médula espinal), los trastornos hormonales y las enfermedades crónicas que afectan el interés sexual y la salud en general pueden ser factores.
Las actitudes negativas hacia el sexo, relacionadas con experiencias de la infancia, pueden inhibir la capacidad de respuesta, al igual que los sentimientos no resueltos asociados con experiencias de abuso sexual o violación.

En situaciones donde la mujer solía alcanzar un orgasmo con regularidad, pero no lo logra actualmente, el problema puede estar relacionado con una crisis marital y falta de acercamiento emocional, lo que también puede disminuir el deseo sexual. El aburrimiento y la monotonía en la actividad sexual también pueden contribuir con una anorgasmia secundaria. Con frecuencia, las mujeres son muy tímidas o les incomoda solicitar el tipo de estimulación (y el momento de estimulación) que mejor les funciona y esto también puede conducir a esta condición.

Criterios para el diagnóstico de F52.3 Trastorno orgásmico femenino [302.73]
A. Ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal. Las mujeres muestran una amplia variabilidad en el tipo o intensidad de la estimulación que desencadena el orgasmo. El diagnóstico de trastorno orgásmico femenino debe efectuarse cuando la opinión médica considera que la capacidad orgásmica de una mujer es inferior a la que correspondería por edad, experiencia sexual y estimulación sexual recibida.
B. La alteración provoca malestar acusado o dificultad en las relaciones interpersonales.
C. El trastorno orgásmico no se explica mejor por la presencia de otro trastorno del
Eje I (excepto otro trastorno sexual) y no es debido exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o a una enfermedad médica.

Especificar tipo:
De toda la vida
Adquirido

Especificar tipo:
General
Situacional

Especificar:
Debido a factores psicológicos
Debido a factores combinados


Bibliografia:
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM - IV)

Saturday, September 6, 2014

Introducción a la Psicosexualidad

“Las posibilidades eróticas del animal humano, su capacidad de ternura, intimidad y placer nunca pueden ser expresadas espontáneamente, sin transformaciones muy complejas: se organizan en una intrincada red de creencias, conceptos y actividades sociales, en una historia compleja y cambiante”.
Jeffrey Weeks

La sexualidad, una parte del ser humano que sin importar las circunstancias que rodeen a un sujeto, siempre resultara ser un tabú, algo enigmático, es una parte del ser humano que genera un sinfín de reacciones, pero… ¿Qué entendemos por sexualidad? ¿Por qué genera tanta curiosidad en la mente humana?

Para dar inicio considero más apropiado comenzar por el inicio, aunque realmente es el resultado de todos los estudios y escritos que se habían realizado desde hace siglos, y que a la vez, es el inicio de una nueva forma de estudiar al humano, la sexología, término que el Dr. Fernando Bianco (1991), propone que sea considerada como “la rama del conocimiento que estudia el sexo, su proceso de diferenciación, y alteraciones y la función sexual, su proceso de activación, sus características fisiológicas y alteraciones”. Si bien esta definición nos lleva a considerar que la sexología solo se encarga y nos lleva a pensar que la sexualidad son solo aspectos biológicos, la verdad es que se vería de una manera incompleta, pues sabemos que el ser humano no solamente es cuerpo y funciones vitales; somos seres sociales que cuentan con un instinto gregario y que además, contamos con varios procesos psicológicos, que nos permiten el aprendizaje y la adaptación a la realidad que nos rodea.

Ahora bien, como ya mencione, el ser humano también es un ser psicológico, lo que nos lleva a tomar en consideración todo lo que la psicología ha logrado aportar a la sexología; si bien antes de que Freud comenzara a causar revuelo con sus tan atrevidas teorías acerca del ser humano, todo lo referente al sexo quedó cegado por la represión sin igual que la iglesia le había dado, la sexualidad del ser humano se limitaba a la reproducción, pues el placer era pecado, y el pecado, condenación del alma. Sigmund Freud abre un parteaguas en cuanto a la forma de ver la sexualidad, y el cómo las personas tienen diferentes formas de concebirla y ejercerla. La Psicosexualidad, término que se rescata de la teoría psicoanalítica, nos permite tratar de comprender como es que el ser humano se desarrolla a lo largo de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, considerando su sexualidad y como esta va evolucionando, sin dejar de lado como ésta le permite una relación con su entorno y una forma peculiar de concebirse a sí mismo, proporcionando una parte de su identidad.

Pero si estas dos ciencias permiten comprender de mejor manera lo que es la Sexualidad, podemos darnos cuenta que la información no llega a todos los rincones, pues incluso en esta época, la gente sigue confundiendo los conceptos, hablan de sexo cuando se refieren a un acto coital, la sexualidad parece ser un tema intocable en la educación de los niños, y en los adolescentes, hasta se piensa que esta información puede pervertir sus mentes. Por esta razón y aunque corra el riesgo de sonar como un diccionario que busca aclarar las ideas de quien lea esto, procederé a mencionar los “componentes” de la sexualidad.

La sexualidad ha sido un concepto difícil de poder definir, pues si bien es parte de nosotros como seres, la forma en que se aprecia ha ido cambiando según la época y la edad del sujeto, pero lo que si podemos asegurar, es que se compone de tres aspectos: biológicos, psicológicos y sociales.

Comenzare con el aspecto biológico; podemos considerar al ser humano como una maquina perfecta, y es que si lo pensamos, todo nuestro organismo funciona de una manera tan acertada, que la mínima variación en el ambiente (interno o externo), genera respuestas con un fin específico, recuperar el equilibrio del organismo; y el por qué forma parte de la sexualidad, es debido a la palabra Sexo, la cual muchas personas confunden con un acto coital, pero simplemente esta palabra se refiere a la diferenciación de hombre y mujer, del pene y la vagina, hablar de sexo, es hablar de las características, órganos y funciones específicas que nuestros cuerpos poseen y que permiten llevar a cabo el proceso de la reproducción y la supervivencia de la especie.

Por su parte, los aspectos sociales de la sexualidad, van más en función a lo que un hombre y una mujer deben realizar, cuales son las conductas aceptadas para cada sexo, además de tener en cuenta todos los procesos económicos y políticos que pueden influir en la retención de estos “estereotipos”. Si retrocedemos unos miles de años atrás, nos daremos cuenta que desde el inicio de la sociedad, el hombre siempre ha sido considerado como el sexo fuerte, el proveedor de comida y seguridad; en cambio, las mujeres son el sexo débil, las administradoras del hogar, las que deben criar a los hijos y atender a su hombre sin chistar, estos estereotipos han sido llevados y mantenidos incluso en nuestros tiempos, gracias a la gran influencia que la religión tuvo en torno a la sexualidad; pero también mencione que es un proceso político (el económico lo entendemos con lo anteriormente dicho, el hombre trabaja, la mujer se queda en casa),  y también debe ser dicho, de poder; ya Michael Foucault nos mostraba en sus investigaciones de la sexualidad que el hombre debía dominar a la mujer, e incluso en la antigua Grecia, se decía como debían conducirse los cortejos, los matrimonios, e incluso, las relaciones entre hombres, pero de todo se rescata que, la posición que se ocupase en la jerarquía social, es la que definía la forma de actuar de los sujetos. Puede ser arriesgado decir que la sociedad es una gran influencia en nuestro tiempo, y aunque actualmente podamos considerarnos como una sociedad que se abre a nuevas formas de pensamiento y de vida, en torno a la sexualidad aún quedan muchos aspectos por profundizar y develar, pero como en algún momento Sigmund Freud plasma en su escrito “Tótem y Tabú”, seguimos manteniendo una adoración a las figuras que nuestros antepasados consideraron importantes, y transgredirlos era ser víctima del tabú, del estigma social que esto conllevaba, y aunque el origen de estos tabúes y tótems sigue su camino en la herencia sociocultural, su origen nos es ya desconocido, pero modificarlos de raíz, podría significar una pérdida del orden y estructura social como hoy la concebimos, ante esto queda la pregunta… ¿Qué podemos hacer?

Por último y no por eso menos importante, los aspectos psicológicos; el ser humano tuvo millones de años para poder obtener lo que hoy conocemos como la corteza frontal del encéfalo, y si bien antes ya éramos y actuábamos de manera instintiva y con un resto de emociones (respuestas biológicas del organismo), esta evolución del encéfalo nos llevó al pensamiento, el lenguaje, el aprendizaje y la adaptación como la conocemos y tratamos de comprender hoy en día, y esto modifica a su vez la forma en como nos relacionamos con los demás, y en cuanto a la sexualidad, por el momento solo se abarcará a definir el Erotismo y el Vínculo Afectivo. En líneas anteriores mencione la evolución del encéfalo hasta llegar a lo que conocemos hoy en día, pues bien, las emociones ya eran parte del ser humano y podemos encontrarlas en las especies mamíferas, son las respuestas que el organismo produce ante una situación, como por ejemplo: “huir o pelear”; tan simple como eso, reacciones orgánicas para mantener y tratar de preservar la vida del sujeto / animal; pero la corteza frontal nos lleva a algo nuevo, la consolidación de un sentimiento, es así como de una excitación del sujeto al observar algo que le agrada, pasamos a denominarlo felicidad o alegría, de sentirnos vulnerables e impotentes a estar tristes o deprimidos; estos son los sentimientos, y si los colocamos en las relaciones sociales, podemos llegar al amor, el odio, entre otros más, de aquí partimos con el Vínculo Afectivo, que no es más que esa sensación de confianza que nos genera el otro, un vínculo afectivo que puede estar presente en amistades o en el amor, nos permite poder acercarnos e involucrarnos con una persona de distinta manera que lo haríamos con alguien que no conocemos. ¿Y qué me dicen del Erotismo?... la Real Academia Española lo define como un “amor sensual”, con esto podríamos hablar de lo que también se conoce como preámbulo, pero la sensualidad en las personas no se presenta solamente en la cama, es la forma en como la persona usa su sexualidad, lo que nos muestra y podemos observar, es ese gusto y deleite de los sentidos que provocan o satisfacen a la persona; es por esta razón que dentro de la sexología y la sexualidad, el erotismo y en especial, ese juego previo al acto coital, toma mucha importancia, pues es ese sentir y disfrutar, sin siquiera haber penetración.

Y todo esto de la sexualidad, la experiencia, el desarrollo psicosexual, y las expectativas de la sociedad, nos llevan a formarnos una Identidad Sexual, que es el autoconcepto que tiene cada persona de sí misma, y en donde se involucran los factores antes mencionados de la sexualidad; pero también debemos tener en cuenta que aquí se hace una confusión de los términos, muchas veces nos referimos a la Identidad Sexual, como la Orientación o Preferencia de las personas, cuando la primera solo se refiere a esa atracción que tienen las personas por otras, ya sea Heterosexual, Homosexual, Bisexual, entre otras; la Preferencia, por su parte, solo hace mención a los gustos específicos que tiene el sujeto, y en donde debemos decir, no a todos nos gusta lo mismo. Y aunque casi no se escucha hablar de la Identidad de Género, y que puede llegar a ser comprendida como ese rol social que deben desempeñar hombres y mujeres, no es más que la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, es el cómo vivimos nuestro género, sea hombre o mujer, engloba toda la forma de expresarse de la persona, y hay que resaltar algo, nuestro sexo, puede o no corresponder a nuestra Identidad de Género.

Naciones Unidas, Derechos Humanos; Orientación Sexual e Identidad de Género en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Cruz Roja Juventud; Sexualidad.
Urizar Uribe, Maite (2012); Vínculo Afectivo y sus Trastornos.
Dr. Bianco Colmenares, Fernando J. (1991); Sexología, Definición y Concepto; Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela; Caracas, Venezuela.
Historia del Erotismo, Lo Duca.